viernes, 1 de mayo de 2009

TEORIA CONTRACTUALISTA

Contractualistamente hablando entraremos a este fenómeno de las sociedad civil como el cambio de los seres humanos de un Estado Comunal a un Estado que va ha regir a todos por igual, de esta manera autores como: Hobbes, Rousseau y Locke han descrito de manera peculiar, a lo largo del tiempo y del desarrollo del hombre en la sociedad, es posible que la concepción contractualista incida en una manera sociológica de entender al mismo hombre desenvuelto en el mundo en el que vive. Pero entre los autores señalados, encontramos cierta similitud en los conceptos, y cierto distanciamiento en describir al hombre, la concepción varía de acuerdo a la sociedad que se va ha formar.

El Contrato social de Hobbes, Locke o Rousseau pretende explicar no sólo el origen histórico y existencial de la sociedad político, sino también y sobre todo el origen institucional de la misma. La sociedad política o Estado es una sociedad convencional; por consiguiente, su estructura social específica queda completamente al arbitrio de los socios, a la convención de los socios. Estos pueden, pues, estructurarla, variarla y modificarla a su gusto y conveniencia. Todo depende del contrato social, que ellos pactan y pactan libremente como mejor les parece. El Contrato social es, por consiguiente, origen de todos los derechos ciudadanos, fuente de moralidad y de justicia. Por el cada asociado aliena a la comunidad, su persona y todos sus derechos.


EL HOMBRE Y EL ESTADO NATURAL
Hobbes dice que el hombre es el lobo antes de la Sociedad civil se veía que el hombre vivía en un Estado de guerra, en el cual se buscaba sobrevivir a las relaciones que se venían dando entre los mismos hombres, el más fuerte sobrevive. Hobbes, parte de una concepción pesimista del hombre. El hombre es malo por naturaleza; un animal desconfiado, ambicioso y egoísta, ávido de poder a expensas de sus semejantes. El estado de naturaleza no puede ser, entonces, sino un Estado de guerra de todos contra todos. Por consiguiente, si el hombre no fuese un animal inteligente, la especie humana, dado el régimen de violencia en que se encuentra sometido, acabaría por destruirse a si misma. Para evitarlo surge el pacto social, en procura de lograr la conformación del Estado, conceptualizado éste como aquel arbitrio de salvación y de seguridad para el hombre, siempre abocado a su propia destrucción.
Para Hobbes el hombre es insociable por naturaleza, pero debe hacerse sociable por necesidad. El resultado de la implementación de este pacto social, es la renuncia a todas las cosas que tiene, a favor de un tercero, el soberano, que no siendo éste una parte contratante, no queda obligado en manera alguna para con sus súbditos. Aquí nace el Estado Leviatán, en el cual el principio autoritario alcanza su máxima expresión. La división de poderes sería, por ello, absurda, dado que debilitaría la soberanía, que es absoluta e indivisible.
Para Rousseau, el hombre nace libre pero siempre esta encadenado, siempre tiene que obedecer , el hombre es bueno y se corrompe por la acción que sobre su alma ejerce la vida social. El estado natural del hombre es pacífico y virtuoso y el estado de guerra sobreviene, precisamente, por la convivencia. De esta manera se tiene que dar un contrato o pacto social al cual según la voluntad de los individuos transformará y hará que el hombre en la sociedad civil, mantenga un orden.
John Locke define el estado de la naturaleza como un estado de "paz, benevolencia y ayuda mutua". Los hombres que en el viven son entes razonables que no hacen mal uso de su libertad. No hay guerra de todos contra todos. El pacto que origina la sociedad civil solo obedece al deseo de asegurar, mediante la Ley, esos derechos naturales que ya tenían vigencia en el estado de naturaleza pero que, sin la protección de los organismos estatales, se encontraban expuestos a posibles abusos de algunos individuos menos razonables. Los derechos naturales subsisten en la sociedad política; los individuos no hacen renuncia de ellos, simplemente otorgan su representación. De todos esos derechos hay uno que el Estado debe proteger si desea que perdure su legitimidad: la Libertad. Del pacto social sale un estado diametralmente opuesto al hobbesiano: Un Estado liberal, representativo y con división de poderes


EL CONTRATO SOCIAL
El Estado es producto de la relación entre los seres humanos, para formar una sociedad que este regida por las leyes o por una autoridad moral, Hobbes acerca del Estado dice lo siguiente: Estado ha sido instituido cuando una multitud de hombres convienen y pactan, cada uno con cada uno, que a un cierto hombre o asamblea de hombres se le otorgará, por mayoría, el derecho de representar a la persona de todos (es decir, de ser su representante). Cada uno de ellos, tanto los que han votado en pro como los que han votado en contra, debe autorizar todas las acciones y juicios de ese hombre o asamblea de hombres, lo mismo que si fueran suyos propios, al objeto de vivir apaciblemente entre sí y ser protegidos contra otros hombres .

Con el establecimiento de la comunidad a través del contrato social, Hobbes dice que se dan las condiciones necesarias y suficientes para que se haga presente la moralidad. Lo que sea que vaya de acuerdo con la ley del soberano es correcto, mientras que lo que se desvía de ella es incorrecto. Hobbes establece por tanto la autoridad civil y la ley como el fundamento de la moral. Él argumenta que la moral requiere autoridad social, la cual debe estar en las manos del soberano. La voluntad de un poder soberano cuya autoridad es absoluta e indivisible constituye la única ley por la cual el comportamiento humano puede ser regulado apropiadamente. La moralidad, entonces, se basa en la ley,la ley del soberano absoluto. Sólo con la institución de un gobierno que pueda premiar las acciones correctas y castigar las incorrectas es posible la conducta moral. Sin una autoridad civil, sería inútil y peligroso seguir los preceptos morales, mientras con ella, la moralidad se convierte en un ?dictado de la razón?. En último análisis, actuamos correctamente sólo porque ello conduce a la seguridad individual, y la primera condición de la seguridad es el poder civil absoluto.

Partiendo de la concepción de Hobbes; Rousseau dice que en el Estado de guerra y la ley natural de el más fuerte sobrevive, se supedita a la acción de los hombres y que en este Estado solo se tiene derecho a matar al enemigo, por lo cuál la asociación de los seres humanos se traslada al contrato social. Esta Libertad común es una consecuencia de la naturaleza del hombre. Su primera ley es velar por su propia conservación; sus primeros cuidados son los que se debe a sí mismo; tan pronto como llega a la edad de la razón, siendo él solo juez de los medios apropiados para conservarla, adviene por ello su propio señor .

Par Rousseau la agrupación antes existente al Sociedad civil es el Estado de Libertad, donde los hombres se tienen que relacionar, en el Estado de libertad después vendrá una comunidad política o sociedad civil que trate de que el ser humano regule sus relaciones en la sociedad: encontrar una forma de asociación que defienda y proteja, con todas las fuerzas comunes, a la persona y bienes de cada asociado; en ella, la unión de cada uno con el resto permite, no obstante, que cada uno no obedezca sino a sí mismo y siga tan libre como antes .

Así pues es posible entender como se asocian los hombres para agruparse en una sociedad que se le cataloga como Sociedad Civil, porque en esta Sociedad, los integrantes mediante un pacto, delegan sus libertades hacia los gobernantes o hacia un poder supremo que se va ir descifrando de una manera concreta según la forma de gobernar.

Mientras tanto Locke afirma que: El Estado de Naturaleza entre los hombres no se determina por un pacto cualquiera, sino por el único pacto deponerse todos de acuerdo para entrara formar una sola comunidad o u cuerpo político . Aquellas personas que viven unidas, formando un mismo cuerpo, regidas por una ley común sancionada y de un organismo judicial al que recurrir, con autoridad para decidir las disputas entre ellos y castigar a los culpables, viven en sociedad civil los unos con los otros. Los hombres que carezcan de alguien a quien apelar siguen viviendo en el estado de naturaleza y a falta de un juez se convierten en jueces y ejecutores por sí mismos, ya que se ha demostrado que es ése es el estado perfecto de Naturaleza. Este tilde de naturalismo se presta para que la sociedad o el cuerpo que se forma sea netamente por la integración de los hombres, nada los obliga a ello.

Pero también Hobbes y Rousseau hablaban acerca de las leyes en este caso Hobbes de un cuerpo moral y Rousseau acerca de la legalidad que existe en los Estados. En sí empiezan a deliberar dentro de la sociedad civil, entendiéndose la sociedad civil como un cuerpo político y después sociedad civil como las obligaciones de los ciudadanos

Hobbes había dado un paso fundamental al establecer la fuente "artificial" de la obligación política en el pacto social libremente establecido, esto es, en la fuerza de la convención, en la fuerza de la normatividad social. Pero, aparte de seguir una antropología enteramente basada en los valores supremos de estabilidad y seguridad, creyó necesario dotar al pacto con la garantía externa de un poder coercitivo sin límites.
Locke y el iusnaturalismo racionalista refirieron dotar al pacto de una base naturalista, de modo que el pacto social fuera simplemente la explicación racional y la sanción civil de las leyes naturales, pero entregando igualmente la garantía de tal orden natural-social a un soberano absoluto, porque el verdadero pacto social era el pacto de sumisión.

En el caso de Locke se trataba una soberanía parlamentaria y el pueblo retenía su derecho a recuperar el poder político en las situaciones extraordinarias; en el caso de los jurisconsultos, los límites del poder despótico los fijaba la ley natural.
Para la formación de la sociedad civil no es necesario que este pacto sea expreso, es decir, formulado con palabras o consignado por escrito. Basta y sobra que sea un pacto tácito, implícito en acciones y gestos, que suponen esa voluntad interior de obligarse mutuamente, por la adhesión usual, la aceptación práctica del orden establecido o en vías de establecerse, mediante la permanencia libre en el territorio sujetándose en la practica a lo que todos los demos se sujetan, etcétera. Los autores modernos, casi sin excepción, ven en la existencia misma del Estado, la continuidad de la vida del hombre. Si no hay sociedad no hay orden, entonces no hay sociedad sin Estado, porque el Estado es, puede decirse, el ordenador de la sociedad, la estructura o el estructurante de la sociedad.

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