domingo, 14 de junio de 2009

DEBER

Un deber es una obligación o precepto de necesario cumplimiento, que ha sido impuesto bien por algún poder externo al propio individuo (las leyes, por ejemplo), bien por la conciencia interna del sujeto (el deber moral), atendiendo a la racionalidad de dichas obligaciones. El incumplimiento del deber da lugar a castigos y sanciones, que también pueden ser de dos órdenes distintos: físicos, o morales y psicológicos.
El deber es uno de los objetos de estudio de la Ética, la cual lo analiza para definir en qué consiste, cuál es su naturaleza, de dónde proviene la justicia o la bondad del deber, cómo se expresa (en imperativos, en preceptos morales, etc.) y en qué normas concretas deben plasmarse los deberes morales.
En la Historia de la filosofía, no se había planteado una reflexión directa sobre la naturaleza el deber en sí mismo hasta la obra de Kant (siglo XVIII). Los filósofos anteriores se habían limitado a enumerar los deberes u obligaciones morales que eran necesarios para alcanzar el Bien o la felicidad (por ejemplo: "debes vivir con moderación si deseas ser feliz"). Según Kant, éste es un rasgo que caracteriza a las éticas materiales: nos dicen lo que tenemos que hacer para alcanzar un bien determinado; por tanto, lo importante no es el deber en sí, sino el fin que perseguimos con esa acción. De ahí que el deber sólo interese como un medio y no como un fin en sí mismo.
Kant, a través de su ética formal, modifica esa concepción, inaugurando así una nueva forma de entender la ética como ciencia de los deberes y no de los fines. Para él, "el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley". El deber moral, por tanto, sería la obediencia a una ley moral universal impuesta por nuestra conciencia como algo necesario.
Es famosa la distinción kantiana entre tres tipos distintos de acciones desde la perspectiva de la moralidad:
- Acciones contrarias al deber: las inmorales.
- Acciones conformes al deber: aquellas acciones que, aparentemente, son buenas pero que no pueden ser consideradas morales en sí mismas, porque han sido realizadas buscando una finalidad ajena a la propia moral, como el interés personal, la búsqueda de otras satisfacciones, el deseo de aparentar, etc. El propio Kant nos propone un ejemplo de acciones conformes al deber: un comerciante que mantiene bajos sus precios no porque considere que ése es su deber, sino porque espera con ello ganarse más clientes y obtener así un beneficio mayor que el obtenido con precios altos.
- Acciones por deber: son las estrictamente morales. Han sido realizadas libre y voluntariamente por un puro respeto al deber, sin que en ellas hayan influido ninguna otra consideración de tipo personal o social. En el ejemplo anterior, el comerciante que mantiene bajos sus precios porque considera que eso es lo justo y lo debido moralmente.
A partir de Kant, la ética contemporánea ha investigado en profundidad sobre la naturaleza del deber y su fundamentación en razones morales, habiéndose convertido estas cuestiones en el objeto de estudio fundamental de la reflexión ética. Como escribe Toulmin: "deber hacer algo implica tener buenas razones para hacer algo". De ahí que la Ética deba buscar esas razones que justifiquen la necesidad y la universalidad de nuestros deberes morales.

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